Navarrese dio un paso importante en su corta pero destacada campaña al adjudicarse este sábado los 1800 metros del Clásico Empery, consolidándose como el mejor potrillo en el pasto, y por qué no decirle, uno de los principales protagonistas de la actual generación nacida en el segundo semestre del año 2008. El argentino que alista Armando Filipuzzi para los colores del stud Náutica y que fuera muy bien corrido por Víctor Fernández, derrotó por dos cuerpos a Amir Brifirindu, que atropellando por los palos, ocupó el placé. Tercero, prendido, remató Warrio, delante del puntero Gibraltar.
Este Navarrese llegaba a la prueba con el favoritismo de la cátedra periodística, justificada por una campaña en franco plan ascendente. Había debutado en abril, entrando tercero de Morning Mist y Amir Brifirindu en 1200 metros, en el pasto. Luego escoltó a Lombok, siempre en el pasto y de ahí logró su primera victoria, derrotando a El Dalai Lama sobre 1400 metros en la grama. Pero lo mejor estaría por venir. Fue por primera vez a la arena y le ganó de correr a correr a Battaglia di Ponza y Jaguar Star. Y ahora va por primera vez al campo clásico y gana con propiedad y solvencia. Cómo no mirarlo con ojos de respeto a este alazán.
Al darse la partida, Víctor Fernández sale buscando a Navarrese para que tome la punta y no vaya a perderse en el medio del pelotón, sujeto al riesgo de sufrir cualquier imponderable. Pero Gibraltar de inmediato le puso caballo, dispuesto a tomar el comando. Inteligentemente, Fernández lo deja pasar y se queda segundo con Navarrese, tranquilo. Luego venían Pegasus Lord, Warrio, El Dalai Lama y más atrás Amir Brifirindu de la mano con Poochini. Así recorren la recta del frente, con el tordillo Gibraltar enseñándole el camino al lote, seguido por Navarrese. Al llegar a la curva, Gibraltar le llevaba dos cuerpos a Navarrese que ya era buscado por su jinete, mientras que Poochini apuraba y se colocaba tercero. Desembocan al derecho y Gibraltar se mantiene adelante, quemando sus últimos cartuchos. Pero Navarrese, llamado al orden por Víctor Fernández, responde al rigor y quiebra al puntero a falta de 250 metros para la meta. Del fondo, los únicos que aparecían –lejos- eran Amir Brifirindu por los palos y Warrio. A esas alturas, Poochini ya no tenía patas. Los últimos metros son todos para Navarrese, que sin ningún problema, se separa de Gibraltar y controla claramente las atropelladas tanto de Amir Brifirindu como de Warrio, que llegaron peleando el placé.
De esta manera, Navarrese obtiene su tercera victoria y su primer triunfo clásico, metiéndose de lleno al plano estelar de la potrillada. Está en ascenso, es dúctil, corre donde lo decide su jinete, tiene final y domina las dos pistas. No sería nada raro verlo inscrito en la Polla de Potrillos. Madera hay como para ilusionarse con el hijo de Not For Sale.
De sus rivales, tanto Amir Brifirundu como Warrio cumplieron con su segundo y tercer puesto, respectivamente, manteniéndose en un lugar expectante de cara a las próximas pruebas selectivas en el pasto. Gibraltar corrió bien, punteando la carrera y rindiéndose a medio derecho. Del resto, se esperaba más de Poochini.
El tiempo fue de 1’52” para los 1800 metros en la pista de césped.
Este Navarrese llegaba a la prueba con el favoritismo de la cátedra periodística, justificada por una campaña en franco plan ascendente. Había debutado en abril, entrando tercero de Morning Mist y Amir Brifirindu en 1200 metros, en el pasto. Luego escoltó a Lombok, siempre en el pasto y de ahí logró su primera victoria, derrotando a El Dalai Lama sobre 1400 metros en la grama. Pero lo mejor estaría por venir. Fue por primera vez a la arena y le ganó de correr a correr a Battaglia di Ponza y Jaguar Star. Y ahora va por primera vez al campo clásico y gana con propiedad y solvencia. Cómo no mirarlo con ojos de respeto a este alazán.
Al darse la partida, Víctor Fernández sale buscando a Navarrese para que tome la punta y no vaya a perderse en el medio del pelotón, sujeto al riesgo de sufrir cualquier imponderable. Pero Gibraltar de inmediato le puso caballo, dispuesto a tomar el comando. Inteligentemente, Fernández lo deja pasar y se queda segundo con Navarrese, tranquilo. Luego venían Pegasus Lord, Warrio, El Dalai Lama y más atrás Amir Brifirindu de la mano con Poochini. Así recorren la recta del frente, con el tordillo Gibraltar enseñándole el camino al lote, seguido por Navarrese. Al llegar a la curva, Gibraltar le llevaba dos cuerpos a Navarrese que ya era buscado por su jinete, mientras que Poochini apuraba y se colocaba tercero. Desembocan al derecho y Gibraltar se mantiene adelante, quemando sus últimos cartuchos. Pero Navarrese, llamado al orden por Víctor Fernández, responde al rigor y quiebra al puntero a falta de 250 metros para la meta. Del fondo, los únicos que aparecían –lejos- eran Amir Brifirindu por los palos y Warrio. A esas alturas, Poochini ya no tenía patas. Los últimos metros son todos para Navarrese, que sin ningún problema, se separa de Gibraltar y controla claramente las atropelladas tanto de Amir Brifirindu como de Warrio, que llegaron peleando el placé.
De esta manera, Navarrese obtiene su tercera victoria y su primer triunfo clásico, metiéndose de lleno al plano estelar de la potrillada. Está en ascenso, es dúctil, corre donde lo decide su jinete, tiene final y domina las dos pistas. No sería nada raro verlo inscrito en la Polla de Potrillos. Madera hay como para ilusionarse con el hijo de Not For Sale.
De sus rivales, tanto Amir Brifirundu como Warrio cumplieron con su segundo y tercer puesto, respectivamente, manteniéndose en un lugar expectante de cara a las próximas pruebas selectivas en el pasto. Gibraltar corrió bien, punteando la carrera y rindiéndose a medio derecho. Del resto, se esperaba más de Poochini.
El tiempo fue de 1’52” para los 1800 metros en la pista de césped.
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