Cuando todo hacía pensar que Latvia iba a hacer un paseo de salud en los 1000 metros del Clásico Gustavo Luna Vértiz (L), una mala partida de la favorita hizo que la carrera tuviese un final inesperado. Así las cosas, Pukas siguió pisando fuerte y tras dejar en el camino a Ballesta, tuvo el arresto suficiente como para controlar la atropellada de Dulce María y derrotarla por apenas una nariz en una llegada electrizante. Latvia se recuperó a medias para rematar tercera encima. Cuarta remató Ballesta, que estuvo en la quemada desde el vamos.
En lo previo, la figura excluyente de la carrera era Latvia. La pupila del stud Doña Licha había convencido a propios y extraños con su categórico triunfo sobre Toruk en el Clásico Velocidad, frente a los mejores velocistas del hipódromo. Ahora frente a las yeguas, era previsible que Latvia podría darse un banquete. Sin embargo, Pukas tenía lo suyo e injustamente estaba pasando desapercibida. Recordemos que la pupila de Augusto Olivares había sido protagonista estelar de su generación cuando tenía dos años, midiéndose de tú a tú con Rihanna y Anunciata, por citar algunos nombres. Desde que había reaparecido, en diciembre del año pasado, había estado corriendo sus condicionales en la recta, ganándolas todas salvo una carrera que no cuenta simplemente porque su jinete rodó. Pero ya en su última había dado la clarinada de alerta cuando derrotó de correr a correr a Tabú, muy buena yegua también y especialista en la distancia. El encargo era difícil para la castaña del stud El Catorce porque estaba Latvia acaparando todos los reflectores, pero Pukas tenía todo el derecho a decir su verdad esta tarde. Y eso fue lo que sucedió.
Como ya lo dijimos, la partida fue decisiva. Segundos antes de la largada, algo pasó con Latvia en el partidor. La potranca estuvo inquieta y nerviosa, las puertas de su celda se abrieron y les dio trabajo a los paradores. Ni bien la estaban terminando de acomodar cuando vino la suelta y Latvia no picó bien. Este tipo de contratiempos en carreras de velocidad suelen ser fatales. Porque las otras no son mancas y porque la ventaja que se dispensa es aprovechada al máximo por las rivales, y ya el tiro queda muy corto para remontar posiciones en tan poco tiempo. Mientras esto sucedía con Latvia, Ballesta, Pukas y Dulce María largaban en perfectas condiciones. Ballesta, aprovechando sus pasmosas ligerezas, tomó la punta pero de inmediato Pukas buscó el centro de la pista para colocarse en su persecución, sin cederle un centímetro a la pupila del Quaker State. Dulce María corría tercera, encima, en tanto que Latvia ya estaba jugada y su jinete Carlos Trujillo buscaba meterse por dentro. A la altura de los 500 metros, ya Pukas igualaba las posiciones de Ballesta que iba tirando la toalla. Más bien, la figura de Dulce María se agigantaba por fuera y demandada a fondo por Carlos Javier Herrera, la castaña del Trader iniciaba un potente rush final. A esas alturas, Latvia, ya muy buscada por Trujillo, pasaba trabajosamente al tercer lugar pero desentendida de las punteras. En los últimos 250 metros, domina Pukas y Dulce María le cae con todo. Hay un momento en que parece que Dulce María va a pasar de largo. Pero Víctor Fernández, ducho en este tipo de finales, le pide el esfuerzo a la hija de Play The Gold y Pukas responde, reaccionando con guapeza. La meta las sorprende con Pukas una nariz de ventaja sobre Dulce María, que cayó batida con todos los honores. Tercera, a poco más de dos cuerpos, Latvia.
¿Qué consideraciones podemos sacar de lo que fue la disputa de este clásico? En primer lugar, que Pukas demostró su real dimensión en la recta, yegua valiente y tesonera, que no perdona cualquier pestañeo de sus rivales de turno y que tiene la clase como para voltear una carrera que a 100 metros parecía perdida. Por otro lado, Dulce María encontró en la recta su mejor aliada y realizó la mejor carrera de su corta campaña. Había fallado en los 1200 metros del Clásico Enrique Aguinaga Asenjo, pero esta vez en la recta se rehabilitó y estuvo a punto de ponerles el número.
En cuanto a Pukas, la hija de Midnight Cognac tiene la disculpa de la partida deficiente y se merece una revancha. En condiciones normales y de haber largado bien, no dudamos que peleaba la carrera hasta el final. Veremos qué sucede en las próximas semanas. Lo bueno para el espectáculo es que Pukas se suma al grupo estelar de la corta, tal como lo dijimos líneas arriba, pisando fuerte.
El tiempo fue de 57”4/5 para los 1000 metros en pista de arena.
En lo previo, la figura excluyente de la carrera era Latvia. La pupila del stud Doña Licha había convencido a propios y extraños con su categórico triunfo sobre Toruk en el Clásico Velocidad, frente a los mejores velocistas del hipódromo. Ahora frente a las yeguas, era previsible que Latvia podría darse un banquete. Sin embargo, Pukas tenía lo suyo e injustamente estaba pasando desapercibida. Recordemos que la pupila de Augusto Olivares había sido protagonista estelar de su generación cuando tenía dos años, midiéndose de tú a tú con Rihanna y Anunciata, por citar algunos nombres. Desde que había reaparecido, en diciembre del año pasado, había estado corriendo sus condicionales en la recta, ganándolas todas salvo una carrera que no cuenta simplemente porque su jinete rodó. Pero ya en su última había dado la clarinada de alerta cuando derrotó de correr a correr a Tabú, muy buena yegua también y especialista en la distancia. El encargo era difícil para la castaña del stud El Catorce porque estaba Latvia acaparando todos los reflectores, pero Pukas tenía todo el derecho a decir su verdad esta tarde. Y eso fue lo que sucedió.
Como ya lo dijimos, la partida fue decisiva. Segundos antes de la largada, algo pasó con Latvia en el partidor. La potranca estuvo inquieta y nerviosa, las puertas de su celda se abrieron y les dio trabajo a los paradores. Ni bien la estaban terminando de acomodar cuando vino la suelta y Latvia no picó bien. Este tipo de contratiempos en carreras de velocidad suelen ser fatales. Porque las otras no son mancas y porque la ventaja que se dispensa es aprovechada al máximo por las rivales, y ya el tiro queda muy corto para remontar posiciones en tan poco tiempo. Mientras esto sucedía con Latvia, Ballesta, Pukas y Dulce María largaban en perfectas condiciones. Ballesta, aprovechando sus pasmosas ligerezas, tomó la punta pero de inmediato Pukas buscó el centro de la pista para colocarse en su persecución, sin cederle un centímetro a la pupila del Quaker State. Dulce María corría tercera, encima, en tanto que Latvia ya estaba jugada y su jinete Carlos Trujillo buscaba meterse por dentro. A la altura de los 500 metros, ya Pukas igualaba las posiciones de Ballesta que iba tirando la toalla. Más bien, la figura de Dulce María se agigantaba por fuera y demandada a fondo por Carlos Javier Herrera, la castaña del Trader iniciaba un potente rush final. A esas alturas, Latvia, ya muy buscada por Trujillo, pasaba trabajosamente al tercer lugar pero desentendida de las punteras. En los últimos 250 metros, domina Pukas y Dulce María le cae con todo. Hay un momento en que parece que Dulce María va a pasar de largo. Pero Víctor Fernández, ducho en este tipo de finales, le pide el esfuerzo a la hija de Play The Gold y Pukas responde, reaccionando con guapeza. La meta las sorprende con Pukas una nariz de ventaja sobre Dulce María, que cayó batida con todos los honores. Tercera, a poco más de dos cuerpos, Latvia.
¿Qué consideraciones podemos sacar de lo que fue la disputa de este clásico? En primer lugar, que Pukas demostró su real dimensión en la recta, yegua valiente y tesonera, que no perdona cualquier pestañeo de sus rivales de turno y que tiene la clase como para voltear una carrera que a 100 metros parecía perdida. Por otro lado, Dulce María encontró en la recta su mejor aliada y realizó la mejor carrera de su corta campaña. Había fallado en los 1200 metros del Clásico Enrique Aguinaga Asenjo, pero esta vez en la recta se rehabilitó y estuvo a punto de ponerles el número.
En cuanto a Pukas, la hija de Midnight Cognac tiene la disculpa de la partida deficiente y se merece una revancha. En condiciones normales y de haber largado bien, no dudamos que peleaba la carrera hasta el final. Veremos qué sucede en las próximas semanas. Lo bueno para el espectáculo es que Pukas se suma al grupo estelar de la corta, tal como lo dijimos líneas arriba, pisando fuerte.
El tiempo fue de 57”4/5 para los 1000 metros en pista de arena.
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