sábado, 14 de enero de 2012

QUERUBÍN SORPRENDIÓ EN EL CLÁSICO CIUDAD DE LIMA (Gr. 2)


Cuando todos esperábamos que el tradicional Clásico Ciudad de Lima (Gr. 2) fuese el marco perfecto para el enfrentamiento entre Calypso y Soros, terminamos apreciando la sorpresiva victoria de un caballo como Querubín, que vino corriendo a las perdidas, se aprovechó del desarrollo violento y terminó pasando de largo. Sin desmerecer un ápice la victoria del hijo de Quintillón, el resultado nos deja más dudas que certezas en lo que a calidad de caballos en el pasto se refiere. Sacando a Bradock y Almudena de la escena –que van a buscar la clasificación al Latino la próxima semana en la pista de arena- no parece haber mayor jerarquía entre los principales pasteros de nuestro primer centro hípico. Se ganan entre ellos, repartiéndose los clásicos, esclavos del desarrollo y de los avatares de la carrera de turno.

En lo previo, Calypso asomaba como el favorito y caballo a ganar. Venía de caer batido por Almudena y Amir Khan en el Clásico Laredo y antes había escoltado a la misma Almudena en el Clásico Presidente de la República. Hoy Calypso tenía todo a su favor y por ir a buscar demasiado temprano al puntero terminó quedándose sin aire al final. Otro que estaba en los cálculos previos era Soros, de vuelta al campo clásico luego de haber reaparecido en los hándicaps. Pero esta tarde Soros demostró que está muy lejos de ser el caballo que alguna vez representó a la hípica peruana en el Latino del 2010 que se llevó a cabo en el Club Hípico de Santiago. Veamos qué pasó.

Tal como estaba previsto, la punta fue para Zeide Isaac. El héroe de mil batallas del stud Manning salió a correr fuerte y a destajo, fiel a su libreto. A su costado se colocó Soros, cuyo jinete Carlos Javier Herrera estaba decidido a no perderle pisada al puntero pero sin dejarlo del todo libre. Más atrás lo hacían Sadir, Calypso y al fondo Querubín, casi de la mano con la ambulancia. En la recta del frente, Zeide Isaac mantenía su paso parejo enseñando el camino al lote. A esas alturas –allá por el poste de los 1200 metros-, era evidente que Soros no podía seguir el ritmo y era superado primero por Sadir y luego por Calypso. Querubín siempre al fondo. En plena curva, Calypso es lanzado por su jinete sobre Zeide Isaac pero encuentra al puntero entero y no logra sorprender. Sadir corría tercero por los palos y el que sí venía totalmente jugado y sin responder era Soros. Querubín, por su parte, se iba acercando peligrosamente. Desembocan al derecho y tras corta lucha, Calypso logra quebrar a Zeide Isaac, que al cargarse hacia los palos estorba a Sadir. Sin embargo, Querubín ya había tomado fuerza y por afuera de todos comienza su avance letal. Faltando 250 metros, Calypso da la impresión de poder defender posiciones. Pero Querubín trajo demasiada fuerza y literalmente lo dejó parado. Fueron tres cuerpos los que separaron al castaño del Juan de Arona de sus rivales. Calypso mantuvo el placé delante de Zeide Isaac que volvió a la carga, pero que finalmente fue distanciado al cuarto puesto, en beneficio de Sadir.

Este Querubín es el típico caballo parejón, de buen nivel clásico pero sin ribetes de crack. Extremadamente dependiente del desarrollo, hoy el planteo se le presentó muy favorable al entrenado por Carlos Gastañeta y no perdonó. Ya son tres los clásicos que tiene en su haber este hijo de la recordada Campbell y el que estuvo muy acertado en su silla fue Juan Eugenio Enríquez, que si las rodadas se lo permiten, estamos seguros que este puede ser un año decisivo en su carrera profesional.

Calypso hizo el placé, en lo suyo y cumpliendo. Tal vez se apuró su jinete algo más de la cuenta al hacer correr antes de entrar a la curva. Lo cierto es que en el derecho, tras dominar a Zeide Isaac, no luchó un metro ante el avance del ganador. Del resto, Zeide Isaac pese al distanciamiento corrió bien. Y Soros ya no es el de antes.

El tiempo fue de 2’01”2/5 para los 2000 metros en pista de césped.

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