Hay que ser justos y debemos reconocer que Buen Mar volvió a adelantársele a Cubillas y demostró que, hoy por hoy, el hijo de Privately Held llega mejor a la distancia que el hijo de Riyadian. Porque, al igual que lo sucedido en los 2400 metros del Clásico Presidente de la República (Gr. 2) –en donde Cubillas lo tuvo todo a su favor-, hoy Buen Mar volvió a cruzar la meta antes que Cubillas. Aquella vez, Buen Mar fue la escolta del ganador Farushenko mientras Cubillas sólo podía ser cuarto. Esta vez, en lote reducido y con la carrera reducida a un match en la recta final, Buen Mar derrotó claramente a Cubillas, que bien corrido por Trujillo, cayó sin atenuantes. No hay pero que valga ante la contundencia de lo evidente: Buen Mar es mejor que Cubillas y no hay más vuelta que darle.
Confiábamos en Cubillas porque queríamos creer que su carrera en el Presidente de la República había sido falsa. Nos acordábamos de su victoria en los 2600 metros del Gran Premio Nacional, de ese carrerón que le ganó de poder a poder al noble Dushanbe. En su corral lo tienen como carta importante para el Ciudad de Lima, de cara al Latino. Pero quedaba esa duda, esa sombra de lo que había sido su carrera en la milla y media que ganó Farushenko y que había mellado la imagen sólida de Cubillas. En esa misma carrera, Buen Mar había hecho un carrerón y había llegado segundo, volando en los finales. Pues bien, ahora se verían las caras nuevamente. Ahora saldríamos de dudas. El resultado lo sabemos todos: Buen Mar volvió a ser más y punto.
Fue una carrera lenta, de tren pausado, con un Cubillas enseñando el camino pero siempre con las riendas muy cortas. Cuando Tito al Blanco fue a ponerle caballo faltando 1500 para la meta, Trujillo inteligentemente dejó pasar. En el poste de los 1100 metros Trujillo vuelve a lanzar a Cubillas y el pupilo del stud El Castillo domina sin oposición, pero ya Víctor Fernández apura a Buen Mar y se le coloca a un cuerpo, sin perderle pisada. De ahí a la meta, los demás simplemente no contaron. Fue un a ver quién puede entre Buen Mar y Cubillas. Ambos jinetes guardaron caballo para la recta final, y al desembocar al derecho largaron con todo. A ver quién puede, tú o yo. Cubillas por los palos se defendió con uñas y dientes, pero faltando 200 el avance de Buen Mar ya era incontenible. Los últimos metros no hicieron sino confirmar que Buen Mar está un escalón por encima de Cubillas en distancias de aliento en el pasto. El pupilo del Altamar estiró diferencias, que finalmente fueron de poco más de un cuerpo, para alzarse con una victoria sufrida pero justa.
Así las cosas, Buen Mar vuelve al camino del éxito. En algún momento, cuando tenía tres años o casi cuatro, Buen Mar se había vuelto imbatible en el pasto. Una lesión lo sacó de escena y a su regreso no había vuelto a ser el mismo de antes. Lo probaron en diferentes distancias, cumpliendo en todas, pero sin brillar. Ahora, de vuelta a las distancias de aliento, el alazán parece haber reencontrado la llave del éxito. Gran labor la realizada con este penco por parte de su sapiente preparador Sabino Arias y sobresaliente la conducción de Víctor Fernández, todo un especialista en aguarle las fiestas al líder Carlos Trujillo.
¿Intentarán la clasificación al Latino en la tienda del Altamar con este Buen Mar? Tal como lo dijimos la semana pasada con Interocéanico, el caballo se ha ganado en la propia cancha su derecho a probar suerte. El tiempo será el encargado de decir el resto.
En cuanto a Cubillas, seremos francos y diremos que nos volvió a decepcionar. Lo veíamos como una de las grandes cartas peruanas para lo que será el Latino que se viene el próximo marzo en San Isidro, Argentina, donde los locales mueven las patas y las mueven bien. Quizás el tiro le resultó un tanto largo y los 2000 metros le acomoden mejor al hijo de Riyadian. Esto lo veremos en el Ciudad de Lima, la segunda semana de enero. El resto llegó en su sitio.
El tiempo fue de 2’29”2/5 para los 2400 metros en la pista de césped.
Confiábamos en Cubillas porque queríamos creer que su carrera en el Presidente de la República había sido falsa. Nos acordábamos de su victoria en los 2600 metros del Gran Premio Nacional, de ese carrerón que le ganó de poder a poder al noble Dushanbe. En su corral lo tienen como carta importante para el Ciudad de Lima, de cara al Latino. Pero quedaba esa duda, esa sombra de lo que había sido su carrera en la milla y media que ganó Farushenko y que había mellado la imagen sólida de Cubillas. En esa misma carrera, Buen Mar había hecho un carrerón y había llegado segundo, volando en los finales. Pues bien, ahora se verían las caras nuevamente. Ahora saldríamos de dudas. El resultado lo sabemos todos: Buen Mar volvió a ser más y punto.
Fue una carrera lenta, de tren pausado, con un Cubillas enseñando el camino pero siempre con las riendas muy cortas. Cuando Tito al Blanco fue a ponerle caballo faltando 1500 para la meta, Trujillo inteligentemente dejó pasar. En el poste de los 1100 metros Trujillo vuelve a lanzar a Cubillas y el pupilo del stud El Castillo domina sin oposición, pero ya Víctor Fernández apura a Buen Mar y se le coloca a un cuerpo, sin perderle pisada. De ahí a la meta, los demás simplemente no contaron. Fue un a ver quién puede entre Buen Mar y Cubillas. Ambos jinetes guardaron caballo para la recta final, y al desembocar al derecho largaron con todo. A ver quién puede, tú o yo. Cubillas por los palos se defendió con uñas y dientes, pero faltando 200 el avance de Buen Mar ya era incontenible. Los últimos metros no hicieron sino confirmar que Buen Mar está un escalón por encima de Cubillas en distancias de aliento en el pasto. El pupilo del Altamar estiró diferencias, que finalmente fueron de poco más de un cuerpo, para alzarse con una victoria sufrida pero justa.
Así las cosas, Buen Mar vuelve al camino del éxito. En algún momento, cuando tenía tres años o casi cuatro, Buen Mar se había vuelto imbatible en el pasto. Una lesión lo sacó de escena y a su regreso no había vuelto a ser el mismo de antes. Lo probaron en diferentes distancias, cumpliendo en todas, pero sin brillar. Ahora, de vuelta a las distancias de aliento, el alazán parece haber reencontrado la llave del éxito. Gran labor la realizada con este penco por parte de su sapiente preparador Sabino Arias y sobresaliente la conducción de Víctor Fernández, todo un especialista en aguarle las fiestas al líder Carlos Trujillo.
¿Intentarán la clasificación al Latino en la tienda del Altamar con este Buen Mar? Tal como lo dijimos la semana pasada con Interocéanico, el caballo se ha ganado en la propia cancha su derecho a probar suerte. El tiempo será el encargado de decir el resto.
En cuanto a Cubillas, seremos francos y diremos que nos volvió a decepcionar. Lo veíamos como una de las grandes cartas peruanas para lo que será el Latino que se viene el próximo marzo en San Isidro, Argentina, donde los locales mueven las patas y las mueven bien. Quizás el tiro le resultó un tanto largo y los 2000 metros le acomoden mejor al hijo de Riyadian. Esto lo veremos en el Ciudad de Lima, la segunda semana de enero. El resto llegó en su sitio.
El tiempo fue de 2’29”2/5 para los 2400 metros en la pista de césped.
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