Kendrita tocó el cielo con las manos y se llenó de gloria al derrotar al favorito Chispeao en los 2400 metros del Clásico Postín (Gr. 2), disputado este domingo en la pista de césped del Hipódromo de Monterrico. La hija de Play The Gold, que alista Arturo Castillo para los colores del stud Sol y Luna, fue muy bien corrida por Juan José Enríquez -que la largó en el momento justo-, y tuvo la clase suficiente como para controlar la atropellada de Chispeao, cuyo jinete se dejó estar en un tren que se hizo lentísimo. Tercero remató Mago Feliz.
El encargo no era nada sencillo para Kendrita. Si bien la potranca era indiscutiblemente la mejor del pasto entre las de su género, una cosa es enfrentar a Florista, Cazorla y compañía, y otra muy distinta es hacer lo propio con Chispeao y Mago Feliz, probados potrillos de calidad en el óvalo verde. Pero ahí estaba justamente el reto para Kendrita, invicta en el pasto, ganadora de cinco carreras –todas en la grama- incluyendo cuatro clásicos y las dos primeras coronas en la pista de césped. Había que verla en la carrera brava, frente a un potrillo como Chispeao, que había deslumbrado a todos pasando de largo en los 2000 metros del Clásico Gustavo Prado Heudebert (Gr. 2), cuando en menos de 100 metros liquidó la carrera y dejó parado a un Mago Feliz que parecía que no podía perder. Nuevamente la gente del stud El Castillo había traído al jinete chileno Héctor Berríos y si todo salía bien, había todo el entusiasmo de llevar al alazán al Pellegrini en Buenos Aires, Argentina. Pero primero había que correr la carrera, y en ella estaba anotada Kendrita.
Al darse la largada, Kendrita no sale con el grupo y se rezaga unos tres cuerpos, lo cual hace mucho más meritoria su victoria. La carrera tuvo un trámite muy lento, a tal punto que ninguno de los jinetes quería tomar la punta. Prácticamente a regañadientes Mago Feliz pasó a comandar las acciones, seguido por Chispeao. Tercera, recuperándose de la mala partida, lo hacía Kendrita, delante de Big Tiger y Berlusconi. Así pasan por primera vez frente a la meta, todos contenidos por sus jinetes, con Mago Feliz enseñando el camino seguido de Chispeao. Kendrita es llevada a la baranda por Juan José Enríquez y corría tercera, mientras que Berlusconi ya era apurado por Padilla e iba pasando al cuarto lugar. Al girar la primera curva y llegar al poste de los 1400 metros, Berríos quiere darle algo de intención a la carrera y domina las acciones con Chispeao. De inmediato, tanto Berlusconi como Kendrita son apurados por sus jinetes y se van en pos de Chispeao, cuyo jinete vuelve a sujetar. El tren era tan lento que los primeros 1200 metros los habían pasado en 1’18”. Llegan al poste de los 1000, con Berlusconi adelante pero ya tenía a su costado a Kendrita, pidiéndole rienda a su jinete Juan José Enríquez. Mago Feliz volvía para pasar al tercer puesto, dejando cuarto a Chispeao delante de Big Tiger. En plena curva final, Juan José Enríquez decide no pelear más con Kendrita y la deja correr. La potranca domina sin oposición a Berlusconi y escapa un cuerpo adelante al desembocar al derecho. Ahí se puede decir que Kendrita le ganó la carrera a Chispeao, que a esas alturas seguía cazando mariposas, de la mano con Big Tiger, al fondo del lote. Faltando 300 metros, Kendrita mantenía cuerpo y medio de ventaja sobre un Berlusconi que ya no tenía patas y sobre un Mago Feliz que ensayaba una corta atropellada, buscando el refugio de la baranda. A esas alturas, Chispeao seguía cuarto, desentendido. En los últimos 150 metros, es evidente que Kendrita traía totalmente dominado a Mago Feliz que no podía descontar. Pero ya estaba Chispeao iniciando su larga atropellada, aunque esta vez demasiado tarde. Porque Kendrita había escapado en el momento preciso, y a Chispeao le terminó quedando chica la cancha. Si bien voló en los últimos 80 metros, sólo pudo llegarle a tres cuartos de cuerpo de Kendrita, que se dio el lujo de guapear en los últimos metros.
Hay motivos como para estar contentos. Tenemos a una yegua valiente, con un corazón gigante, que ha demostrado tener la clase suficiente como para estar a la altura de las circunstancias. Hoy nadie le regaló nada a Kendrita, fue a buscar a los potrillos en los siempre durísimos 2400 metros del pasto y pudo regresar airosa, manteniendo el invicto en la pista y convirtiéndose, si cabe el término y salvando las distancias, en nuestra “pequeña Zarkava”. Ahora bien, pensar en el Pellegrini ya es otro cantar. Por ahora, simplemente hay que disfrutar de lo que el maestro Robalca llamaba el mágico momento de la victoria.
Chispeao cayó batido con todos los honores, y bien podría decirse que Berríos tuvo mucho que ver en la derrota del potrillo de Félix Banda. Si bien fue el primero en apurar las acciones luego de girar la primera curva, en un tren que se estaba haciendo muy lento, luego se dejó estar y entró prácticamente último a la recta final. Cuando Berríos lo larga, Kendrita ya había escapado lo suficiente y Chispeao no pudo alcanzar. Con todo, el placé de Chispeao no lo saca de escena ni mucho menos; por el contrario, lo reafirma como uno de los buenos exponentes de la generación en el pasto. Mago Feliz arribó tercero, volviendo a correr bien pero sin llegar a ser desequilibrante. Del resto, poco hay que decir.
El encargo no era nada sencillo para Kendrita. Si bien la potranca era indiscutiblemente la mejor del pasto entre las de su género, una cosa es enfrentar a Florista, Cazorla y compañía, y otra muy distinta es hacer lo propio con Chispeao y Mago Feliz, probados potrillos de calidad en el óvalo verde. Pero ahí estaba justamente el reto para Kendrita, invicta en el pasto, ganadora de cinco carreras –todas en la grama- incluyendo cuatro clásicos y las dos primeras coronas en la pista de césped. Había que verla en la carrera brava, frente a un potrillo como Chispeao, que había deslumbrado a todos pasando de largo en los 2000 metros del Clásico Gustavo Prado Heudebert (Gr. 2), cuando en menos de 100 metros liquidó la carrera y dejó parado a un Mago Feliz que parecía que no podía perder. Nuevamente la gente del stud El Castillo había traído al jinete chileno Héctor Berríos y si todo salía bien, había todo el entusiasmo de llevar al alazán al Pellegrini en Buenos Aires, Argentina. Pero primero había que correr la carrera, y en ella estaba anotada Kendrita.
Al darse la largada, Kendrita no sale con el grupo y se rezaga unos tres cuerpos, lo cual hace mucho más meritoria su victoria. La carrera tuvo un trámite muy lento, a tal punto que ninguno de los jinetes quería tomar la punta. Prácticamente a regañadientes Mago Feliz pasó a comandar las acciones, seguido por Chispeao. Tercera, recuperándose de la mala partida, lo hacía Kendrita, delante de Big Tiger y Berlusconi. Así pasan por primera vez frente a la meta, todos contenidos por sus jinetes, con Mago Feliz enseñando el camino seguido de Chispeao. Kendrita es llevada a la baranda por Juan José Enríquez y corría tercera, mientras que Berlusconi ya era apurado por Padilla e iba pasando al cuarto lugar. Al girar la primera curva y llegar al poste de los 1400 metros, Berríos quiere darle algo de intención a la carrera y domina las acciones con Chispeao. De inmediato, tanto Berlusconi como Kendrita son apurados por sus jinetes y se van en pos de Chispeao, cuyo jinete vuelve a sujetar. El tren era tan lento que los primeros 1200 metros los habían pasado en 1’18”. Llegan al poste de los 1000, con Berlusconi adelante pero ya tenía a su costado a Kendrita, pidiéndole rienda a su jinete Juan José Enríquez. Mago Feliz volvía para pasar al tercer puesto, dejando cuarto a Chispeao delante de Big Tiger. En plena curva final, Juan José Enríquez decide no pelear más con Kendrita y la deja correr. La potranca domina sin oposición a Berlusconi y escapa un cuerpo adelante al desembocar al derecho. Ahí se puede decir que Kendrita le ganó la carrera a Chispeao, que a esas alturas seguía cazando mariposas, de la mano con Big Tiger, al fondo del lote. Faltando 300 metros, Kendrita mantenía cuerpo y medio de ventaja sobre un Berlusconi que ya no tenía patas y sobre un Mago Feliz que ensayaba una corta atropellada, buscando el refugio de la baranda. A esas alturas, Chispeao seguía cuarto, desentendido. En los últimos 150 metros, es evidente que Kendrita traía totalmente dominado a Mago Feliz que no podía descontar. Pero ya estaba Chispeao iniciando su larga atropellada, aunque esta vez demasiado tarde. Porque Kendrita había escapado en el momento preciso, y a Chispeao le terminó quedando chica la cancha. Si bien voló en los últimos 80 metros, sólo pudo llegarle a tres cuartos de cuerpo de Kendrita, que se dio el lujo de guapear en los últimos metros.
Hay motivos como para estar contentos. Tenemos a una yegua valiente, con un corazón gigante, que ha demostrado tener la clase suficiente como para estar a la altura de las circunstancias. Hoy nadie le regaló nada a Kendrita, fue a buscar a los potrillos en los siempre durísimos 2400 metros del pasto y pudo regresar airosa, manteniendo el invicto en la pista y convirtiéndose, si cabe el término y salvando las distancias, en nuestra “pequeña Zarkava”. Ahora bien, pensar en el Pellegrini ya es otro cantar. Por ahora, simplemente hay que disfrutar de lo que el maestro Robalca llamaba el mágico momento de la victoria.
Chispeao cayó batido con todos los honores, y bien podría decirse que Berríos tuvo mucho que ver en la derrota del potrillo de Félix Banda. Si bien fue el primero en apurar las acciones luego de girar la primera curva, en un tren que se estaba haciendo muy lento, luego se dejó estar y entró prácticamente último a la recta final. Cuando Berríos lo larga, Kendrita ya había escapado lo suficiente y Chispeao no pudo alcanzar. Con todo, el placé de Chispeao no lo saca de escena ni mucho menos; por el contrario, lo reafirma como uno de los buenos exponentes de la generación en el pasto. Mago Feliz arribó tercero, volviendo a correr bien pero sin llegar a ser desequilibrante. Del resto, poco hay que decir.
El tiempo fue de 2’31” para los 2400 metros en pista de césped.
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