Vamos a ser francos. Queríamos que Private Affair ganase el Clásico Baldomero Aspíllaga. Le habíamos dado el voto en la cátedra periodística y fuimos al hipódromo a verla correr, con la ilusión y la esperanza de que la hija de Privately Held demostrase que está hecha para las grandes tardes y clasificase al Latino que se corre en un mes en Buenos Aires. ¿Por qué? Por varias razones. En primer lugar, porque la juvenil del Altamar era la única que todavía no había dicho toda su verdad frente a un lote ya cuajado de caballos veteranos, héroes de mil batallas, pero que ya habían tenido la oportunidad de representar al Perú en otras pruebas internacionales, como Zeide Isaac, como Farushenko, como el mismo Soy Franco. Porque si Private Affair ganaba y clasificaba, correría el Latino con peso de oblea, frente a caballos que lomearían 61 o 60 kilos, cosa que no es broma. Porque la modalidad de correr de Private Affair, viniendo de atrás y con esa atropellada larga que le permitió pelear todas las coronas, es ideal para una carrera con el nervio y la tensión que tiene el Latino. Finalmente, porque Private Affair había nacido en el Perú. Como Bradock y como Infiernillo. Y porque ya era hora de que fuéramos a un Latino con caballos peruanos.
Private Affair no sólo ganó esta tarde el Clásico Baldomero Aspíllaga y sacó su pasaporte para representar al Perú en la justa internacional la tarde del 12 de marzo en el césped del Hipódromo de San Isidro. Algo mucho más importante: esta tarde, Private Affair demostró que es una potranca seria, un prospecto de esas yeguas de excepción, una potranca que va progresando a pasos agigantados en cada carrera y que tiene la ductilidad para venir corriendo donde quiere su jinete, con explosión en la salida cuando se le pide el esfuerzo y con el nivel como para ser desequilibrante. Hoy Private Affair se vistió de largo, sacó chapa de yegua buena y poderosa y muy bien puede ser el gallo de tapada de la hípica peruana en el Latino.
Días antes de la carrera, los parciales de Zeide Isaac habían anunciado a los cuatro vientos que el hijo de Freud saldría a tomar la punta a como diese lugar. Pero a la hora de la verdad, fue Salustino el encargado de enseñar el camino al lote, seguido de un Zeide Isaac cuyo jinete decidió correrlo segundo, contenido. Calypso –pareja de Private Affair- venía tercero, delante de Cubillas, Soy Franco y Farushenko. Última pero prendida, corría Private Affair. No hubo variantes en la recta del frente, con Salustino dos cuerpos sobre Zeide Isaac y tercero a un cuerpo Calypso. A tres cuerpos venían los demás, con Private Affair siempre al fondo. En el poste de los 600, Zeide Isaac carga sobre Salustino pero encuentra entero al tordillo del Emilito. Cubillas venía lindo, pegado a la baranda. Al desembocar al derecho, es evidente que Zeide Isaac no tenía patas ante Salustino que quemaba sus últimos cartuchos. Cubillas es largado por los palos pero ya venía por fuera de todos Private Affair, hecha un avión. En los últimos 250 metros, mientras Cubillas igualaba trabajosamente a un Salustino que se defendía con uñas y dientes, Private Affair simplemente los pasó de largo. Con categoría, con clase, la hija de Privately Held demostró ser la mejor. Soy Franco en la raya le quitó el placé a Cubillas. Cuarto siempre Salustino.
Por si todo lo expuesto fuera poco, Private Affair se dio el lujo de igualar el récord para los 2000 metros en la pista de césped del Hipódromo de Monterrico. El tiempo impuesto esta tarde por la castaña fue de 1’59”4/5, exactamente los mismos guarismos registrados dieciocho años atrás por la recordada Modjeska, quien mantiene el primado por lomear mayor kilaje. Tenemos madera como para ilusionarnos. Como para coger nuestros pasaportes y viajar a la conquista de Buenos Aires.
Soy Franco hizo el placé, fiel a su libreto, valiente y noble el pupilo del Manning. Cubillas con su tercer puesto fue otro que corrió bien. Del resto, tanto Farushenko como Zeide Isaac parecieran estar acusando no solo los años sino los rigores de campañas generosas pero durísimas. El relevo generacional ya está a la vista.
Ganó entonces la potranca que tenía que ganar y tenemos un trío de lujo como para pensar en grande de cara al Latino. Tanto Bradock como Infiernillo y Private Affair conforman una delegación seria y poderosa. Vamos a ver qué sucede dentro de un mes en Buenos Aires. Como siempre, iremos con lo mejor que tenemos y saldremos a pelear la carrera. Ahí estaremos
Private Affair no sólo ganó esta tarde el Clásico Baldomero Aspíllaga y sacó su pasaporte para representar al Perú en la justa internacional la tarde del 12 de marzo en el césped del Hipódromo de San Isidro. Algo mucho más importante: esta tarde, Private Affair demostró que es una potranca seria, un prospecto de esas yeguas de excepción, una potranca que va progresando a pasos agigantados en cada carrera y que tiene la ductilidad para venir corriendo donde quiere su jinete, con explosión en la salida cuando se le pide el esfuerzo y con el nivel como para ser desequilibrante. Hoy Private Affair se vistió de largo, sacó chapa de yegua buena y poderosa y muy bien puede ser el gallo de tapada de la hípica peruana en el Latino.
Días antes de la carrera, los parciales de Zeide Isaac habían anunciado a los cuatro vientos que el hijo de Freud saldría a tomar la punta a como diese lugar. Pero a la hora de la verdad, fue Salustino el encargado de enseñar el camino al lote, seguido de un Zeide Isaac cuyo jinete decidió correrlo segundo, contenido. Calypso –pareja de Private Affair- venía tercero, delante de Cubillas, Soy Franco y Farushenko. Última pero prendida, corría Private Affair. No hubo variantes en la recta del frente, con Salustino dos cuerpos sobre Zeide Isaac y tercero a un cuerpo Calypso. A tres cuerpos venían los demás, con Private Affair siempre al fondo. En el poste de los 600, Zeide Isaac carga sobre Salustino pero encuentra entero al tordillo del Emilito. Cubillas venía lindo, pegado a la baranda. Al desembocar al derecho, es evidente que Zeide Isaac no tenía patas ante Salustino que quemaba sus últimos cartuchos. Cubillas es largado por los palos pero ya venía por fuera de todos Private Affair, hecha un avión. En los últimos 250 metros, mientras Cubillas igualaba trabajosamente a un Salustino que se defendía con uñas y dientes, Private Affair simplemente los pasó de largo. Con categoría, con clase, la hija de Privately Held demostró ser la mejor. Soy Franco en la raya le quitó el placé a Cubillas. Cuarto siempre Salustino.
Por si todo lo expuesto fuera poco, Private Affair se dio el lujo de igualar el récord para los 2000 metros en la pista de césped del Hipódromo de Monterrico. El tiempo impuesto esta tarde por la castaña fue de 1’59”4/5, exactamente los mismos guarismos registrados dieciocho años atrás por la recordada Modjeska, quien mantiene el primado por lomear mayor kilaje. Tenemos madera como para ilusionarnos. Como para coger nuestros pasaportes y viajar a la conquista de Buenos Aires.
Soy Franco hizo el placé, fiel a su libreto, valiente y noble el pupilo del Manning. Cubillas con su tercer puesto fue otro que corrió bien. Del resto, tanto Farushenko como Zeide Isaac parecieran estar acusando no solo los años sino los rigores de campañas generosas pero durísimas. El relevo generacional ya está a la vista.
Ganó entonces la potranca que tenía que ganar y tenemos un trío de lujo como para pensar en grande de cara al Latino. Tanto Bradock como Infiernillo y Private Affair conforman una delegación seria y poderosa. Vamos a ver qué sucede dentro de un mes en Buenos Aires. Como siempre, iremos con lo mejor que tenemos y saldremos a pelear la carrera. Ahí estaremos
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