El tordillo Georgui Lui tuvo una triunfal reaparición en los 1700 metros del Clásico Arrabal y ratificó ser el mejor mediofondista del momento, sumando su sétimo clásico consecutivo. El hijo de Whywhywhy que alista Roberto Salas y que contó con la conducción de Víctor Fernández, derrotó por dos cuerpos a la valiente Cracovia, mientras que Paiján y Paso Firme llegaron como pudieron.
Georgui Lui reprisaba luego de un corto descanso. Tras ganarlo absolutamente todo en el medio fondo a partir del segundo semestre del año pasado, en su tienda decidieron darle un respiro. El lote era muy aparente y al final, el pupilo del stud Los Pandy’s respondió plenamente. En las primeras distancias se limitó a seguir a su compañero de corral Paso Firme, teniendo a su lado a un Paiján que había salido corriendo fuerte desde el vamos para hacerle la carrera a su pareja Cracovia. La carrera en sí era una lucha de parejas y estrategias, que Georgui Lui terminó resolviendo con el simple pero efectivo argumento de su superioridad manifiesta. Es cierto que no ganó como se esperaba, mandándose mudar y sumando cuerpos y más cuerpos. Tiene la disculpa de la reaparición, de una subida en la que se corrió muy fuerte (los primeros 800 los pasaron en 47 y monedas, los 1200 en menos de 1’12”) y también cuenta el hecho de que Cracovia no es ninguna perita en dulce sino más bien una yegua que mueve las patas como Dios manda. Con todo, Georgui Lui no tuvo mayores problemas y fueron dos cuerpos de ventaja los que lo separaron de su escolta al momento de cruzar el disco.
Gran caballo es este Georgui Lui, que si se mantiene sano y no hacen experimentos, va a seguir sumando clásicos en su palmarés. Hoy por hoy el americano tiene merecidamente el título del mejor millero de Monterrico y no parece haber caballo o yegua capaz de hacerle sombra.
Cracovia hizo el placé, en una muy buena carrera. La pupila del Soribel es una de esas yeguas que no sabe fallar y que siempre cumple bien, aun sin contar con desarrollo aparente. Esta vez fue a medirse con los machos y frente a un especialista en la media distancia como lo es Georgui Lui y no quedó desairada. Es más, empujada por su valentía, en los últimos metros se le acercó al ganador, cierto que sin la fuerza necesaria como para inquietarlo. El resto llegó en su sitio.
El tiempo fue de 1’46”1/5 para los 1700 metros en pista de arena.
Georgui Lui reprisaba luego de un corto descanso. Tras ganarlo absolutamente todo en el medio fondo a partir del segundo semestre del año pasado, en su tienda decidieron darle un respiro. El lote era muy aparente y al final, el pupilo del stud Los Pandy’s respondió plenamente. En las primeras distancias se limitó a seguir a su compañero de corral Paso Firme, teniendo a su lado a un Paiján que había salido corriendo fuerte desde el vamos para hacerle la carrera a su pareja Cracovia. La carrera en sí era una lucha de parejas y estrategias, que Georgui Lui terminó resolviendo con el simple pero efectivo argumento de su superioridad manifiesta. Es cierto que no ganó como se esperaba, mandándose mudar y sumando cuerpos y más cuerpos. Tiene la disculpa de la reaparición, de una subida en la que se corrió muy fuerte (los primeros 800 los pasaron en 47 y monedas, los 1200 en menos de 1’12”) y también cuenta el hecho de que Cracovia no es ninguna perita en dulce sino más bien una yegua que mueve las patas como Dios manda. Con todo, Georgui Lui no tuvo mayores problemas y fueron dos cuerpos de ventaja los que lo separaron de su escolta al momento de cruzar el disco.
Gran caballo es este Georgui Lui, que si se mantiene sano y no hacen experimentos, va a seguir sumando clásicos en su palmarés. Hoy por hoy el americano tiene merecidamente el título del mejor millero de Monterrico y no parece haber caballo o yegua capaz de hacerle sombra.
Cracovia hizo el placé, en una muy buena carrera. La pupila del Soribel es una de esas yeguas que no sabe fallar y que siempre cumple bien, aun sin contar con desarrollo aparente. Esta vez fue a medirse con los machos y frente a un especialista en la media distancia como lo es Georgui Lui y no quedó desairada. Es más, empujada por su valentía, en los últimos metros se le acercó al ganador, cierto que sin la fuerza necesaria como para inquietarlo. El resto llegó en su sitio.
El tiempo fue de 1’46”1/5 para los 1700 metros en pista de arena.
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